Lima, 8 nov (EFE).- El presidente de Perú, Martín Vizcarra, tuvo una relación fluida y coordinó reuniones privadas con quienes supuestamente le acusan de haber recibido coimas millonarias cuando era gobernador de la región de Moquegua (2011-2014), según se desprende de una serie de mensajes publicados este domingo.
Varios medios peruanos tuvieron acceso y difundieron el contenido del teléfono del exministro de Agricultura José Hernández (2016-2018), próximo a Vizcarra y quien se sospecha es uno de los aspirantes a colaborador eficaz (delator premiado) que acusó al mandatario ante la Fiscalía.
Estas conversaciones se han difundido apenas horas antes de que el Congreso inicie un proceso de destitución (vacancia) contra Vizcarra, acusado de «incapacidad moral» a raíz de estas denuncias.
Si bien esa «petición de vacancia» no parece que cuente con los votos suficientes en la cámara para tener éxito (87 sobre 130), varios grupos anunciaron que la aparición de nuevas revelaciones podrían hacer cambiar la disposición de sus diputados.
De la lectura de esos mensajes, que el diario El Comercio publicó íntegramente, no se revela la comisión expresa de ningún delito, pero sí permite ver que, pese a que Vizcarra ha dicho que su relación con Hernández era apenas profesional, ambos mantienen mucha proximidad y hablaban con cierta asiduidad de las obras públicas por las que el presidente habría recibido sobornos.
COORDINACIÓN CONSTANTE
También se constata que Hernández coordinó con Vizcarra y con varios de los aparentes aspirantes a colaborador eficaz reuniones y encuentros en las fechas que estos habían declarado ante la fiscalía como los momentos en los que se habrían realizado los pagos de hasta 2.300.000 soles (unos 650.000 dólares) al mandatario.
Las conversaciones de Hernández con el presidente van desde 2013 hasta la actualidad, y en su mayor parte versan sobre coordinaciones políticas y de gestión, entre las que destacan las relativas a la dimisión del presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).
También llama la atención un diálogo ocurrido en mayo de 2019 en donde ambos se sorprenden ante la filtración de la existencia de un supuesto colaborador eficaz que estaría revelando los mismos actos de corrupción por los que hoy Vizcarra es investigado.
Allí, Hernández le dice que la empresa que supuestamente pagó una coima -Obrainsa- se había comunicado con él para decirle que nadie de su entorno había hablado con los fiscales, para luego indicar entre signos de exclamación que toda esa acusación es falsa.
El último mensaje entre el presidente y Hernández es del 17 de octubre de este año, y en él Vizcarra le envía a su amigo un enlace a una información que señala que habría dos aspirantes a colaborador que hablaron a la fiscalía de los pagos al presidente.
«Es increíble cómo pueden inventar tanta falsedad», culmina el mensaje del mandatario.
#CuartoPoder Las conversaciones fueron rescatadas por la Fiscalía de un teléfono del exministro Hernández. Iniciaron en 2013 y terminaron hace un mes https://t.co/gfGtBOmeoz
— Cuarto Poder (@Cuarto_Poder) November 9, 2020
El día 18 se comenzó a publicar que Hernández sería uno de los aspirantes que estaría hablando con la Fiscalía.
Mientras, el último mensaje de Hernández con los empresarios que supuestamente habrían pagado las coimas, y quienes serían también parte del grupo de delatores que acusan al presidente, fue el día 15 de octubre, jueves, donde parecen acordar una reunión en persona.
El día 16 de octubre, viernes, es cuando la fiscalía recibió la declaración de un nuevo aspirante a colaborador, quien aparentemente sería Hernández.
LAS ACUSACIONES
Vizcarra es acusado por estos delatores, cuya declaración aún no ha sido corroborada ni aceptada como válida por el Ministerio Público, de haber pedido y recibido en varias ocasiones dinero por haber facilitado la concesión de una obra de irrigación y un hospital en su provincia.
Los aspirantes a colaboradores eficaces declararon así ante el fiscal Germán Juárez, del equipo de la fiscalía que investiga el caso Lava Jato – Odebrecht- y el caso paralelo del «club de la construcción», el consorcio de empresas constructoras que durante años se repartieron obras en Perú a cambio del pago de coimas a funcionarios públicos.
En sus declaraciones, indicaron que Hernández, ejerciendo como emisario de Vizcarra, entonces gobernador regional, les había pedido dinero para facilitar la concesión de las obras, a lo que accedieron.
Todas estas acusaciones ha sido calificadas como falsedades por Vizcarra.