Lima, 30 sep (EFE).- Varias bancadas de oposición exigieron este jueves la renuncia del ministro de Trabajo, Iber Maraví, interpelado en el Parlamento por sus presuntos vínculos con el grupo terrorista Sendero Luminoso, y cuya permanencia en el cargo es defendida por el Gobierno de Pedro Castillo.
El titular de Trabajo respondió en el pleno sobre las denuncias periodísticas que lo han vinculado con Sendero Luminoso en su juventud, un día después de que el primer ministro, Guido Bellido, anunció que el Ejecutivo plantearía la cuestión de confianza en el caso de que Maraví fuera censurado.
Un pedido de confianza implicaría que si el Legislativo censura a Maraví, esa medida se aplicará al gabinete en pleno que preside Bellido, que tendría que dejar el cargo de inmediato.
La Constitución peruana precisa que si el Parlamento rechaza dos pedidos de confianza del Ejecutivo, el presidente está facultado para disolver el Congreso y convocar a nuevas elecciones legislativas, tal como hizo Martín Vizcarra en 2019.
NIEGA IMPUTACIONES
Durante su interpelación, Maraví negó haber participado y tampoco cometido “los hechos que se me atribuyen tendenciosamente”, en referencia a su presunta intervención en atentados terroristas en la región Ayacucho en los años 80.
“Hay supuestas imputaciones que luego fueron negadas ante un juez penal. Ninguno de los hechos que figuran en la pregunta formulada corresponden. Hay un sector de la prensa que ya no quiso investigar”, las denuncias, agregó el ministro.
En opinión de Maraví, “sacar conclusiones en base a un atestado policial es contar alevosamente solo una parte de la historia para confundir a la población y generar una falsa imagen de culpabilidad. Eso es lo que cierta prensa quiere hacer con mi persona”.
DENUNCIA CONTRA KEIKO FUJIMORI
Durante su intervención, el ministro anunció que presentará una querella contra la excandidata presidencial del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori, por haber expresado, en redes sociales, que el Gobierno de Castillo anunció la cuestión de confianza para “defender a un ministro acusado de participar activamente en atentados de Sendero Luminoso”.
El anuncio de Maraví generó el airado rechazo de la bancada fujimorista, que ha pedido al unísono que renuncie al cargo, al igual que otros grupos de centro y extrema derecha, como Renovación Popular y Alianza para el Progreso (APP).
El legislador de APP, Roberto Chiabra, le pidió a Maraví que espere la decisión del Congreso y que le diga al primer ministro que “no se preocupe por la cuestión de confianza porque de ser necesario nos vamos todos y empezamos de nuevo”, en alusión a un supuesto cierre del Parlamento.
Por su parte, la legisladora de Fuerza Popular, Rosangella Barbarán, se dirigió al mandatario para pedirle que “deje de poner al país en una crisis constante por sus malas decisiones, improvisación y elección de ministros cuestionados”.
“Póngase los pantalones y saque al señor Maraví”, expresó Barbarán.
PREPARAN MOCIÓN DE CENSURA
Tras el debate de la interpelación, las bancadas de oposición iniciaron la recolección de firmas para presentar una moción de censura contra Maraví, que sería debatida en un próximo pleno.
Durante la jornada, el presidente Pedro Castillo comentó la visita que le hicieron el miércoles la presidenta y voceros del Congreso, poco después de que el primer ministro, Guido Bellido, adelantó que plantearían una cuestión de confianza.
“Coincidimos en que la cuestión de confianza y la censura forman parte del equilibrio de poderes, y son herramientas políticas para mantener la estabilidad democrática”, escribió Castillo en un mensaje de Twitter, mientras Maraví era interpelado.
Sin embargo, la cuestión de confianza generó también división en el Ejecutivo, pues la ministra de Desarrollo e Inclusión Social y vicepresidenta de la República, Dina Boluarte, declaró a la prensa que ese tema que no había sido analizado en el Consejo de Ministros.
“Habría que preguntarle al señor Bellido por qué tocó el tema cuando aún no se había abordado en el momento que hemos estado todos los ministros”, indicó Boluarte para expresar su disconformidad.